EL ESCRITOR
Carlos López Gómez
La obra literaria de José Revueltas se despliega más allá de la ficción, abrevando de la realidad y devolviéndole instrumentos para su transformación. Sus personajes, siempre en situaciones altamente dramáticas, permiten al autor reconstruir las condiciones en las que vive un individuo, no en el sentido liberal, sino definido por condiciones sociales concretas. Un ejemplo de cómo se expresa esto en su literatura, es cuando Revueltas establece un juego dialéctico valiéndose del conflicto entre la voluntad de los personajes, la realización de sus deseos y las determinaciones materiales a las que están sujetos inconscientemente. Así, el Muñeco, Mario Cobián, aparece en Los errores intentando abandonar su condición de lumpenproletario, pero incapaz de recurrir a métodos ajenos a su
condición de clase; roba y asesina; golpea salvajemente a Lucrecia, prostituta de la que está enamorado. Cobián termina sirviendo en “la secreta”, como policía al servicio del Estado, que le ofrece su libertad a cambio de involucrar a un militante comunista en un crimen que no cometió.
El estilo narrativo y las situaciones de los personajes de Revueltas le valieron el reconocimiento de algunos de los intelectuales más importantes de la época, como Salvador Novo, Alí Chumacero y Octavio Paz. Al mismo tiempo, se ganó el rechazo y la censura de intelectuales comunistas como Enrique Ramírez y Ramírez, Vicente Lombardo Toledano y el mismo Pablo Neruda, sobre todo a partir de la publicación de su tercera novela: Los días terrenales. Quienes lo acusaban de abandonar el marxismo.
La literatura de Revueltas tiene la virtud de combinar la militancia política del escritor, que se filtra a través de sus novelas y cuentos, con novedosas formas de narrar la vida y el pensamiento de sus personajes. De la suma de estos elementos surge un mecanismo revolucionario que se propone transformar la realidad y la manera en la que se escribe sobre ella.
Su experiencia militante le proporciona referencias de sitios y hechos concretos que articula con espacios narrativos de donde surgen relatos de largo aliento, como: Los muros de agua o El apando, desprendidos de su experiencia carcelaria; Los días terrenales, que dan cuenta de su estancia en Acayucan, Veracruz, y Los errores, inscrito en el contexto de su viaje a la Unión Soviética. Es común encontrar referencias en sus novelas sobre la presencia “del camarada Revueltas” en determinado lugar, lo cual le brinda al lector pistas sobre el momento que describe.
Revueltas también aborda de manera crítica episodios de la historia de México; tal es el caso de la guerra cristera en la novela El luto humano y en los cuentos de Dios en la tierra. En estas dos obras reflexiona profundamente sobre el origen de las grandes contradicciones sociales y políticas que enfrentan los comunistas del periodo posrevolucionario. El autor afirma que por encima de la teoría revolucionaria, la transformación del mundo se lleva a cabo a partir de las condiciones históricas concretas del lugar; posición opuesta a los dogmas ideológicos del grueso de la militancia y de los dirigentes comunistas, quienes aceptaban mansamente las órdenes de la Internacional y buscaban interpretar la realidad política mexicana a partir de fórmulas ideológicas.
El Partido Comunista Mexicano (PCM) de esa época, por ejemplo, sostenía mecánicamente la hipótesis de realizar una revolución democrático-burguesa antes de pasar a la lucha por el comunismo. Aunque Revueltas también adoptó algunas posiciones dogmáticas, sus ideas siempre tendían a radicalizarse, lo que le permitía reelaborar su pensamiento y reconvenir sus posturas.
Como militante comunista, hay temas que le son de especial interés, sobre todo los relacionados con la construcción y el quehacer del PC en México; tema que aparece en dos de sus grandes novelas: Los días terrenales y Los errores. En la primera, construye una crítica demoledora a las relaciones de enajenación que sostienen muchos militantes comunistas con el partido en un periodo marcado por el dogmatismo ideológico. En la segunda, crítica las prácticas de liquidación política emprendidas por algunos dirigentes comunistas de la época en contra de líderes o militantes de su propio partido durante la época del terror stalinista.
Revueltas hizo grandes aportaciones a la crítica del realismo socialista, que suele relatar vidas heroicas de personajes comunistas que reproducen mecánicamente modelos de comportamiento. El autor evita el error, común en muchos escritores comunistas de la época (como el mexicano José Mancisidor), de pintar con colores brillantes y personajes “puros” las luchas de la clase obrera en el mundo o el proceso de construcción del socialismo en la URSS. Por el contrario, asume plenamente su compromiso como escritor con la literatura y como militante comunista con la crítica intelectual de su tiempo.
Los personajes de Revueltas se encuentran siempre en situaciones límite, actuando acorde a sus intereses individuales, mostrándose con crudeza en momentos donde escapan, intentan romper o confirman su condición amorosa, social o de clase. Nunca los saca de contexto; aparecen dominados por la angustia que producen las contradicciones entre sus acciones políticas y sus consideraciones de carácter ético y moral. Sus personajes son profundamente humanos, y hay en muchos de ellos una legítima convicción por cambiar el mundo, lo que en ningún momento se reduce a un determinismo o voluntarismo ciegos.
El autor desarrolla magistral y humanamente los conflictos en los que se ven envueltos sus personajes: desde prostitutas peleando por un proxeneta, presos apandados involucrando a sus familias para meter drogas a la cárcel, hasta comunistas presos en las Islas Marías y experimentados revolucionarios internacionalistas perseguidos por la policía y el PCM (dirigido en esa época por Hernán Laborde y Valentín Campa).
La fuerza de su lucidez y verosimilitud como narrador consiste en saber que la literatura por sí sola no puede transformar la realidad, pero contiene los elementos necesarios para inducir a los hombres a hacerlo. Al contar los conflictos de carácter moral en los que se encuentra un militante frente a las órdenes del partido, puede inducir al lector comunista a transformar la situación del mismo. Es en este punto donde la obra de Revueltas adquiere su verdadera dimensión, pues no se limita al nivel de la propaganda política o a la producción de ideología entendida como falsa conciencia; es decir, de un pensamiento que no corresponde a las condiciones reales de existencia del individuo que lo produce.
El valor literario de la obra de Revueltas rebasa por mucho el nivel de la pura crítica para convertirse en un referente en la construcción de una sociedad distinta. Su literatura es profundamente revolucionaria por los temas que aborda y sus técnicas narrativas. Nos encontramos frente a uno de los grandes escritores mexicanos del siglo XX para quien un proceso revolucionario, además de reflexión teórica y correcta interpretación de la realidad, debe producir también un arte revolucionario.





























